¡celos, pelos, celos!
20051011
Todos los tenemos (me atrevo a decir). Unos más, otros menos, algunos cubiertos de ellos, otros los tienen tan ocultos que casi ni se notan y otros los tienen más retorcidos y oscuros que otros, pero al final, somos personas con celos y pelos. No sé cuales son más bonitos, ni cuáles son más irritantes. Pero ambos tienen su encanto y su desgracia.
Hay (habemos) quienes preferimos un rico (y peludo) pachoncito que nos anuncia la gloria y hay quienes prefieren la higiene y la claridad en el sendero. Hay quienes prefieren callar y ocultar lo que revolotea en su paraonica cabeza (y piernas y estómago) y hay quienes hacen (hacemos) panchos, gritamos y gozamos del drama. Ambos son culeros como ellos mismos, pueden hasta acabar con vidas humanas (desde weyes que matan por que su vieja se cogió a otro, hasta pendejos que se ahogan por no saber como buscar adecuadamente). Pueden recordarles cosas que no quieren volver a pensar. Pueden ser simplemente fastidiosos y estar ahà chingue y chingue y chingue (¿qué nunca han tenido un pelo en la lengua?).
Al final, los debemos apreciar, no por lo que son, sino por lo que representan, los dos nos producen un placer inconsciente e indecible. Es decir, si hay muchos o pocos (pelos y celos) no importa, porque al final nos recuerdan la existencia de ese algo que buscamos. Un algo que deseamos y buscamos hasta torcer la mente (y las manos) y por qué no, un algo que necesitamos para sobrellevar este singular estruendo de sensaciones que llamamos vida (ay wey!). Pero si no soportan la sensación, ni pedo, busquen otra cosa, rasúrenle tantito (no tanto que tampoco es manda), piensen en cosas bonitas, corran hasta vomitar o simplemente arránquenlos de raÃz (busquen algo más apto), duele, pero como dice Gian (el del gimnasio), si no duele no trabaja.
¡Estrella Blanca Apesta!
20051011
Hace poco, tuve la necesidad de viajar de Monterrey al DF y de retache. Aquellos estudiambres que deben realizar dicho recorrido (por ej. los Ranchuqueños) cada periodo de vacaciones o cada que se les hincha el huevo izquierdo (o el derecho, porque admitámoslo, eso no lo decide uno) saben que hay al menos tres lÃneas que cubren dicho trayecto: Omnibus, Transportes del Norte y Estrella Blanca. Aclaro, lÃneas de autobuses, ni avión ni metro ni burro. Digo por aquellos que creen que el que tiene un blog es ricachón y por aquellos ignorantes que no saben leer los letreros de los autobuses.
Entonces el viaje MTY-DF lo realicé en Estrella Blanca y, literalmente, apesta. Cada que un cabrón entra al baño, se despliega a lo largo del autobús una peste horrible. Pero si ya sabÃa eso ¿por qué chingados me subà en ese camión? Por conveniencia. Verán, cerca de mi trabajo hay una terminal de EB y dada mi webonerÃa, la hora y la fatiga de viajar hasta la central, compré ahà mi boleto. Mala, mala idea. Viajé 13 horas soportando frÃo, peste y niños gritando, chillando y volviendo a chillar. El conductor se esforzaba por pasar por cada uno de los hoyos del camino (y que no mame ¡es una autopista!), me pusieron una pinche pelÃcula de Disney y para colmo, mi mochila no cabÃa en donde se supone debe ir. Bueno, eso fue pendejez mÃa por no dejarla en el maletero grandote que trae el camión. Para no hacerla más de emoción, llegué al DF con un humor espantoso, con un aliento de mierda y sobre todo, con el ánimo hecho caca.
Ah, pero el regreso. Otro pedo. Regresé en un autobús de Transportes del Norte. Y primero nuestro capitán (porque ahà hasta cursos de manejo, trato al cliente y evasión de baches toman) nos agradece la preferencia y nos notifica que ese es un viaje directo y sin escalas, que durará aproximadamente 11 horas y que estemos tranquilos pues contamos con un seguro de viaje (creo que con EB también, pero me vale madre). Me siento seguro ahora. Comienza el viaje y veo a mi alrededor pura gente bonita, jaja, o más bien conocedora. El boleto cuesta exactamente lo mismo, asà que no se trata de una diferencia económica, sino cultural. El viaje, sin problema alguno. Descansé como bebé. Antes vi “La Aldeaâ€, que pues no es la pelÃcula más acá, pero está mejor que ver pelÃculas para niños. Total, llegué y hasta ganas de trabajar tenÃa, bue… en realidad no, pero tenÃa un mejor humor (aunque el aliento en realidad me quedó igual).
Este blog no intenta promocionar el uso de de Tranportes del Norte, pero definitivamente espera que sus lectores (Keez, la FaMTY y uno que otro colado) no usen Estrella Blanca, se alejen y le cuenten a quien más confianza le tengan. Estrella Blanca apesta y apesta muy feo.